Germinadores

Una técnica muy consolidada para la germinación es la de usar incubadoras especiales que posean luces artificiales que favorecen el proceso de fotosíntesis de las plantas. De hecho, es posible anticipar y agilizar esta fase poniendo las plantas en incubadoras y dándoles luz con lámparas fitoestimulantes de neón.

Las ventajas de la siembra con luz artificial son muchas: antes de nada, se ganan unos meses y las plantas llegan al primer calor que ya son algo grandes, y además se tiene el gusto de poder cuidarlas cómodamente en casa en una época en la que las otras actividades están paradas. Además, la siembra con luz artificial se puede empezar en cualquier momento del año con la ayuda de una maquinaria que nos permitirá controlar constantemente todos los parámetros climáticos artificiales necesarios para una buena germinación.
 
Hay que enterrar las semillas a 1-2 centímetros de la superficie, hay que humedecer la tierra y, para aumentar el porcentaje de germinación, se puede poner una película transparente que retenga la humedad. Es mejor tener una temperatura que sea superior a los 25 grados en esta fase. Después de una semana empieza la germinación, que normalmente se concluye a las dos semanas siguientes; luego todavía podrá nacer algo, pero de poca importancia.

En cuanto la temperatura externa lo permita, se podrá poner fuera las plantitas para que sigan creciendo.

Se aconseja cambiar las luces de neón cuando empiecen a gastarse (se ponen negras en los extremos)

Los recipientes ideales para un semillero deberán ser preferiblemente cuadrados, aproximadamente  5x5x5 con un orificio en el fondo. Ya existen contenedores de plástico predispuestos con seis compartimientos. Tengan en cuenta que en un recipiente de las dimensiones indicadas se puede sembrar una cantidad de semillas que va de 20 a 50 o incluso más. Todo dependerá del tamaño típico del género en edad joven y de cuanto tiempo tendrán que pasar en ese sustrato antes de poder ser trasplantadas. 

Como praxis, aconsejamos echar una ojeada todos los días, controlando que las plantas crezcan bien, estén sanas, que no se formen filamentos o pátinas en la superficie, o peor, que aparezcan larvas u otros insectos. Si se aplican escrupulosamente todas las medidas necesarias, obtendrán óptimos resultados.

Querríamos concluir diciendo que el verdadero maestro de cualquier cosa es de todos modos la experiencia.  

Fiem germinatoi